Bolita de mar

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Todos me llaman bolita de nube pero yo no caí del cielo. Soy una criatura marina y nací el día en que la luna se cansó de estar colgada del firmamento y cayó exhausta en el océano. De todas las chispas luminosas que volaron por los aires, víctimas de tan estrepitosa caída, solo sobreviví yo, o al menos eso creo. A pesar de mis gritos de auxilio nadie vino a socorrerme.
No sé por qué insisten en que yo vine del cielo. Nací en el mar y lo sé porque los delfines me sonríen y vienen a jugar conmigo, las ballenas me cantan y me arrullan entre sus rugosas aletas, y las medusas me temen porque les molesta la luz.
Puedo bajar a las profundidades y conversar con las especies. Entiendo todas las lenguas de ese mundo silencioso y ondulante. No soy sabia, qué va, soy bolita de nube, para los que insisten en que me caí del cielo; sin embargo para los que realmente me conocen, soy bolita de mar. Mi superficie es tan salada que estoy pensando lamerme toda hasta que no quede ni un solo granito de sal. Pero esto debo pensármelo bien porque si me quito el salitre de encima, entonces nadie creerá que nací en el mar el día que la luna cayó rendida sobre las corrientes marinas.

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