No tengo ganas de escribir pero garabateo una frase sin sentido. No me gusta volar pero me cuelgo desesperada de un trozo de nube. No me apetece llorar pero la lluvia ha formado un charco sobre las sábanas. No es mi intención gritar pero has llegado tan lejos y con tal ímpetu que ni tiempo he tenido de taparme la boca. El solterón de los altos volverá a quejarse de insomnio en la próxima reunión de vecinos.