Compra y venta


Ha pensado en ti otra vez y lo cierto es que es un lujo que no puede permitirse. Hay pensamientos que salen caros y ella no puede pagarlos. No tiene empleo, no recibe subsidios y está demasiado vieja para sobresaltos. No es más que un hada centenaria y humilde que mordió la manzana podrida y muere con resignación sobre el asfalto. Su única posesión es ese cuerpo ermitaño y arrugado que hace siglos renunció a los poderes mágicos (hoy solo se pueden adquirir a un alto precio en la bolsa negra). Su alma es un antiquísimo rompecabezas compuesto por miles de partículas esparcidas a los cuatros vientos. Nadie se atrevería a recomponerla. Los caballeros medievales se han extinguido y, además, la vida es breve y tortuosa y no vale la pena perder el pellejo en el  intento.
Hoy mientras amanecía y se disponía a echarse a la espalda su pesado fardo de rutinas y carencias, la han sorprendido un par de recuerdos dulces y frescos, de esos que todavía huelen a pan recién horneado. Pero ya he dicho que ella no puede costearlos. Es una mercancía que sufre las consecuencias de la inflación, al igual que los ingredientes para hacer el pan. Ha visto pasar de largo esas vivencias casi con resignación. Sin embargo, no ha podido evitar el temblor en los labios, que los dedos se aferren al teclado y que el corazón disimule la vergüenza y el delirio. Ha tenido ganas de sacar del bolsillo las pocas monedas que le quedan para comprarlas, pero sabe que debe ahorrar para conseguir un par de alas nuevas y reponer las que lleva remendando hace muchos años. Sin el polvillo mágico que traen las de estreno, ni siquiera un hada experimentada como ella podría volar. Es una inversión necesaria, de lo contrario tendrá que conformarse el resto de la poca vida que le queda con un vuelo bajo y discreto.
A pesar de que ya no puede pagarse ni sus propios pensamientos, de todas maneras no ha dejado de recordarte mientras teclea en su vieja máquina de escribir. Podrían acusarla de apropiación indebida, pero como lo hace sin ánimo de lucro, seguro lo considerarían un factor atenuante a la hora de imponerle el castigo. Además, qué le importa a un hada curtida como ella convertirse en rea de hurto. Aunque reconozco que tiene miedo y titubea. Si la metieran entre rejas, seguro le prohibirían hasta las ideas: robadas, heredadas o adquiridas, da igual (sé bien de lo que hablo). Creo que lo más sensato sería que ella vendiera estas palabras que tienen que ver contigo por un módico precio y, de esa manera, podría costearse las alas nuevas y los recuerdos. Las hadas ancianas y excluidas necesitan poco para vivir.

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