La noche es un río negro que discurre en la espesura del monte. Agazapada espera que amanezca y la tenue luz traiga consuelo para la carne maltrecha. Pero hoy el sol se avergüenza de los hombres en su impío cortejo a la muerte. Amordazada y malherida vaga como sombra errante, como velero en medio de la tempestad oceánica. El amanecer se ha quedado sin voz, sin latidos y sin guarida. No hay sitio para él en este caos que lo asedia y lo apalea. Indiferente la noche pasa de largo en busca de un discreto rincón donde lamer sus heridas y recomponerse para continuar su ruta hacia el alba.
Belkys Rodríguez ©
2 comentarios en “La noche en su laberinto”
Tiene fuerza, desgarro.
Gracias.
Muchas gracias, Teca querida. Un honor viniendo de ti. Abrazos