La decisión de Amanda
Mientras ella lloraba su ausencia, él invitaba a sus amigos a una noche loca de marcha en un bar de la ciudad. Ella no lo sospechaba o quizás lo intuía, pero prefería seguir creyendo en el cuento de hadas que tanta veces leyó cuando era una niña. “Sé buena chica, Cenicienta, y tendrás zapatos de