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La decepción

El ángel de la guarda me ha mordido el talón. Reprimí el grito para que los vecinos no llamen a la policía. No es la primera vez que los despierto por culpa de mis pesadillas, y la pareja mayor que vive en el dúplex de al lado marca el número de los maderos. Son las

La Regenta aterriza en La Habana

Si Leopoldo Alas “Clarín”, el gran novelista español del siglo XIX, resucitara se sonrojaría o tal vez volvería a morir, esta vez de risa, leyendo La Regenta en La Habana (Edebé, 2012) de la autora cubana, residente en Estados Unidos, Teresa Dovalpage. El paralelismo que establece entre el personaje de Clarín y Yoana, una profesora

La pesadilla del emigrante

Hoy tenía cita para la ITV (así le llaman por acá a la inspección técnica del vehículo), y fui a mi centro de salud a hacerme una analítica. Sentados frente a mí había dos jóvenes africanos, tal vez eran menores de edad, no lo puedo asegurar; emigrantes sí, a todas luces. Venían con una traductora.

Acoso

Las sombras lo atormentan. Han regresado el mismo día del solsticio de verano. Vetustas y lozanas, flácidas y erectas, amables y groseras; eso sí, persistentes, tiranas, empalagosas, insufribles. Intenta darles una patada, pero las muy cabronas se escabullen y dejan el ambiente impregnado de un olor nauseabundo. Sus risas histéricas rebotan en las paredes del

La vendedora de corbatas

Se acerca a la tienda en dólares y comprueba que un día más falta el queso crema. La angustia la paraliza, se lleva una mano al pecho y cree que perderá el sentido. «Inadmisible. Esto es un desastre nacional, la hecatombe», grita sin ser consciente de ello. El cancerbero que está plantado como un roble

El cuadro

El hombre mira con desdén el pincel que yace sobre la mesa de caoba. Vuelven las náuseas al recordar aquel día aciago. Observa el lienzo en blanco y siente la punzada de la ira en la boca del estómago. El estudio se ha convertido en una trampa y él en una alimaña hedionda que agoniza.

Rebeca II

La niña de carita angelical se había transformado en una especie de monstruo de feria. La abuela se recluyó en su habitación y, presa del mutismo y la desolación, estuvo una semana sin probar bocado. Los familiares abandonaron a toda prisa la casa y cada estancia se hundió en un silencio insondable. Las malas lenguas

El Túnel

1 Incluso en aquellos angustiosos momentos, el señor Zaisberger creía tenerlo todo bajo control. Una luz indiscreta apuntaba directo a la nuca y, según él, violaba la intimidad del túnel. Quizás a estas horas su único amigo lo odiaba y había cruzado ya medio mundo para escapar. Él, sin embargo, estaba allí, de rodillas y

Turco

Soñé que estaba en casa, que alguien me ponía una mantita para que me echara a descansar. Había dado un largo paseo y ahora era el momento de la siesta. Cada día mi hermana Cía y yo hacemos nuevos amigos. Es maravilloso salir a disfrutar del aire puro, olfatear, correr, jugar con la pelota… Una