El hombre que lloraba por dentro II
Cuando terminé de contarles el relato de la semana anterior estuve tres días en cama con jaqueca y retortijones de estómago. Aunque le recordé que los fantasmas no tenemos olfato, mi compañero de habitáculo me juró que no había podido pegar ojo por culpa de los ruidos de mis tripas y los malos olores. Es