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Sorpresa made in Japan

La señora de setenta años mira desconcertada la foto que su hijo cincuentón le acababa de tomar con una cámara digital Nikon. Él tampoco se lo puede creer. Ni una sola arruga en su rostro. Se ve perfecta como cuando tenía quince años. La piel tersa y blanquísima, el brillo en sus ojos azules, un

Malos consejos

Él me aconseja todos los días que deje de escribir. Me susurra al oído que soy una maniática o lunática, ya no sé bien. Que es una pérdida de tiempo, que no genera beneficios, que a nadie le importa lo que escribo, que soy cursi y predecible y cientos de razones o sinrazones más. Quisiera

Llovizna

Huele a tierra mojada. Las gotas casi invisibles van labrando surcos sobre el polvo. Cae la llovizna y mi piel se humedece recordando tu abrazo. Las nubes están a punto de reventar, pero el viento las empuja y ellas, resignadas, se marchan a descargar su furia sobre otros horizontes. El sol se bebe el agua

Beberse las palabras

Sentados bajo el sol del desierto escriben versos sobre una vieja tabla de madera. Ella, la primera estrofa que habla del  pájaro que llena de música sus sueños. Él, la siguiente sobre aquel día que ella le regaló la caracola que guardaba como un tesoro. Al llegar a su tienda, él se sienta en el

Medusa

Intentó acariciarla, pero se dio cuenta de que era intangible. No tenía pies, ni manos, ni rostro, ni voz. Suspendida en el aire, intentaba imitar los movimientos de una medusa y, a ratos, parecía una aurora boreal desteñida. Jugueteó con el espacio durante unos minutos y, al final, cansada, se pegó al techo y comenzó

Delirio

Quiero huir del peligro pero corro hacia él con las alas abiertas y el corazón desbocado. Me aferro al recuerdo como un náufrago a su playa salvadora. Mi cuerpo se hunde y el mar despiadado embiste con arrebato lujurioso y me arranca los últimos rayos del crepúsculo. Quiero correr pero me he quedado sin piernas,

Declaración de amor

Se acerca peligrosamente la gripe porcina y necesito confesarte algo, por si las moscas. Me atrevería a asegurar que ahora mismo, después de ver las noticias, han comenzado a manifestárseme  dos de los síntomas de esa grave enfermedad. Quizás es sugestión, o simplemente  los confundo con los que casi siempre aparecen cuando el tal Cupido

La luna y tu rostro

Hoy he visto tu rostro en la luna mientras un suspiro se desgrana en la almohada. No sé por qué me ocultas tu lado oscuro, por qué juegas a los enigmas cuando la noche amenaza con su brevedad y otros pretextos absurdos. Hoy converso con la luna y mi soledad, tengo frío en los huesos

Sombras y Amaneceres

Cobíjate bajo tu sombra si te hace falta y bajo la de aquel árbol de tu infancia, si la que proyecta tu alma no es suficiente. Camina despacio y deja que la soledad te haga un guiño cómplice o una mueca, da igual, la arena mojada bajo tus pasos será el remedio para las penas.

Cartas

Mi madre me escribe cartas. No tiene correo electrónico. Y si hubiera Internet en el pueblo  ella no podría usarlo. Me habla de la familia, del barrio, del gatito de mi padre, del calor, de sus alumnos, de los achaques, de la abuela que a los noventa años mantiene la sonrisa que la hace más