Vuelves callado y cabizbajo,
 cabalgando sobre la espuma,
 en tu corcel de algas, la espada atenta.
 Llegas en puntillas a mis costas desnudas,
 la tempestad acecha 
 y el horizonte navega a la deriva.
 Tus manos trémulas me exploran, 
 en tu boca me hundo.
 Despierto a oscuras y sin tu abrazo,
 el torbellino me engulle.
 Despacio deshojo cada sueño
 y  lanzo sus pétalos al mar encrespado.
 Entre conchas y peces la luna se oculta.
 Y tú regresas guerrero, 
 de la penumbra y del abismo.
 La tormenta y el trueno hieren la noche.
 El escudo y la espada yacen sobre la arena,
 tu sombra se aleja en su corcel de algas.
 El mar es tu morada,
 la tempestad mi destino.
 Belkys Rodríguez Blanco ©
				
 
															


