Pescador

El pescador

La caña de pescar era un pretexto. Sabía que los peces jamás se acercarían a esa orilla donde el mar mordía con saña las rocas. Durante un día aciago hacía miles, tal vez millones de años, algún volcán despechado había escupido lava sin misericordia sobre aquellas costas. El hombre se sentó sobre una roca plana

Ella en su agonía

A solas con el pescador, la gaviota y el pez en su agonía. Las mareas se niegan a devolver los recuerdos. Se hundieron callados en las profundidades, abrazados a las conchas y los corales. En las rocas se enquistaron las palabras, frases premeditadas, caricias falsas. El grito campa a su antojo dentro del pecho y