Por prescripción facultativa
El psiquiatra le habló de la neurosis y le prescribió las caricias. Nada como unos dedos experimentados para desterrar la soledad de la piel y los tormentos del alma. Le prohibió los antidepresivos, los tranquilizantes o cualquier otro medicamento que anulara los sentidos e impidiera el disfrute. El psiquiatra le insistió en el uso de