Rabo de nube
Cuando se avecinaba la tormenta, Amanda invocaba a Santa Bárbara. Changó era poderosa y, juntas, ahuyentaban los malos presagios. El cielo se quedaba despejado de nubes inoportunas y el sol volvía a brillar como en una mañana de primavera tropical. Ese don lo había heredado de su bisabuela Rosario. A ella ni los rabos de