Solsticio de verano

Solsticio de verano

Mostró la herida como quien presume de un trofeo. Ya no sangraba. Aunque apretaba los dientes y se estrujaba las manos con rabia, se había acostumbrado al proceso de cicatrización. Era lento, doloroso y picaba mucho, pero esta era ya la tercera vez que la agredían mientras sorteaba la noche más oscura. Veterana en estas

Vampiros en el norte

A Diego Érase una vez un vampiro avispado que se mudó al norte del planeta un día antes de Navidad. Instalado en Reykjavík, capital de Islandia, dejó de preocuparse por la salida del sol. A pesar de los altos precios de las bebidas alcohólicas, era tal su euforia que compró dos cajas de aguardiente vikingo