Mariposa bajo la lluvia
Los nubarrones bajaron por fin a abrazar las montañas. Las finas gotas se deslizaron sigilosas entre las ramas y las piedras. La tierra tenía sed y por eso no podía descansar. Sus párpados rojizos y abiertos como ventanas al viento, añoraban la lluvia y suplicaban al cielo. Las nubes se compadecieron de su desesperación y