Espejismo
El piloto anunció turbulencias y pidió a los pasajeros que se abrocharan los cinturones. Ella se agarró con fuerza a los brazos del asiento, cerró los ojos y comenzó a repetir un viejo mantra como una letanía. En el asiento contiguo, él sonrió y le rozó discretamente la mano. Ella giró la cabeza y descubrió