Literatura

Medusa

Intentó acariciarla, pero se dio cuenta de que era intangible. No tenía pies, ni manos, ni rostro, ni voz. Suspendida en el aire, intentaba imitar los movimientos de una medusa y, a ratos, parecía una aurora boreal desteñida. Jugueteó con el espacio durante unos minutos y, al final, cansada, se pegó al techo y comenzó

Declaración de amor

Se acerca peligrosamente la gripe porcina y necesito confesarte algo, por si las moscas. Me atrevería a asegurar que ahora mismo, después de ver las noticias, han comenzado a manifestárseme  dos de los síntomas de esa grave enfermedad. Quizás es sugestión, o simplemente  los confundo con los que casi siempre aparecen cuando el tal Cupido

Sombras y Amaneceres

Cobíjate bajo tu sombra si te hace falta y bajo la de aquel árbol de tu infancia, si la que proyecta tu alma no es suficiente. Camina despacio y deja que la soledad te haga un guiño cómplice o una mueca, da igual, la arena mojada bajo tus pasos será el remedio para las penas.

Cartas

Mi madre me escribe cartas. No tiene correo electrónico. Y si hubiera Internet en el pueblo  ella no podría usarlo. Me habla de la familia, del barrio, del gatito de mi padre, del calor, de sus alumnos, de los achaques, de la abuela que a los noventa años mantiene la sonrisa que la hace más

Atrapados in vitro

“¡Atasco, atasco!”, grita desesperado el renacuajo que nada con espíritu olímpico en el centro del río espeso y blanquecino, mientras su cabeza aplanada se estrella contra la cola del compañero que lo precede. “¡Retirada! ¡Nos han engañado!”, vocifera aterrorizado el primero de la fila antes de que su mollera se estampe contra el vidrio del

Una historia habanera

El viejo Cirilo se ha enamorado de la mulata Cecilia. Pero la agraciada habanera ya tiene el corazón y el lecho ocupados. Leonardo, blanco y rico, la ha convertido en su amante sin saber que ella es hija ilegítima de su padre. El mulato Pimienta, reconocido pandillero, ama también a Cecilia y está dispuesto a

Boleros

El viejo tocadiscos se queda en silencio mientras Claudia continúa balanceándose en la mecedora con los ojos cerrados. “Cómo fue, no decirte cómo fue, no sé explicarme qué pasó, pero de ti me enamoré.” Ella sí lo sabe porque su abuela se lo contó aquella tarde en que el aguacero era tan fuerte que las

Tejados

A mi abuela, un ángel que me arrulla en la distancia. Cuántas veces contemplé los tejados de colores alegres en Reyjavík, intentando reconocer los que dejé en otra isla. La memoria me jugaba malas pasadas y entonces podía sustituir el rojo intenso por aquellas tejas desteñidas, castigadas por el sol, los aguaceros  y el abandono.

Click

La ventaja de las nuevas tecnologías es que con un solo click borras de tu vida todo aquello que te quita el sueño y, de paso, le puedes poner un Me gusta a Morfeo en su perfil de facebook para tenerlo contento y no padecer insomnio.

La radio

Mientras en la radio hablan de xenofobia y de ballenas que deciden suicidarse en la orilla de algún océano, ella intenta desvestir su ausencia para calentar su propio cuerpo. Le cuesta porque tiene las ropas muy ceñidas, duerme  profundamente y no quiere que se le moleste. Ha vuelto a casa después de un día estéril,