Soy inocente
Yo la quiero o, mejor dicho, la idolatro. Cuarenta y dos años juntos y en armonía. Ella siempre tan dócil, tan complaciente, bajando la cabeza para no ofenderme ni con la mirada. A veces me pasaba con la bebida, lo sé, pero llegaba a la casa y me iba derechito a la cama. Yo no