Literatura

Nupcias en solitario

Cansada de esperar por el amor de su vida, Iluminada decidió casarse de un modo poco convencional. Divertida, lo bautizó como “nupcias en solitario”. Sería una ceremonia muy austera. Dos damas de honor, unos pocos amigos y la madre de la novia que la conduciría al altar con lágrimas en los ojos. El sacerdote, confuso e

Nevada

Me acuerdo de la primera nevada de mi vida. Tenía veintinueve años. Salí al jardín en aquel país donde los elfos te espían desde sus refugios, abrí los brazos y dejé que los copos se acurrucaran en los pliegues de mi abrigo negro. Era otoño, como hoy. El abrigo sigue colgado detrás de la puerta

El encierro

Lloraba por dentro porque desde que cumplió la mayoría de edad decidió cerrar sus párpados al mundo. “¿Cómo puede una mujer hermosa contar tantas desgracias en una sola edición del telediario?», se preguntaba mientras iba clausurando una a una las ventanas y las puertas de su casa. Se sumió en la más profunda oscuridad, se

Metáforas

Mirando el mar desde la ventana de la residencia, Juan Manuel se acordó de Teresa y lo contó en unos pocos versos. Ahora tiene más de ochenta años, pero las metáforas sobreviven al tiempo y al destino. Tienen una especie de eternidad en su esencia. Recuerda que eran muy jóvenes y ella ya estaba comprometida,

La casta y el bueno

Le dicen Teresita la Casta pero todos saben que se acostó con el  jefe. Alta y flaca como una caña brava, con el pelo muy estirado y recogido en un moño alto, la blusa abrochada hasta el cuello, la falda por debajo de las rodillas y las gafas culo de botella va de un sitio

La espera

No había llegado y eso le daba la posibilidad de imaginar sus gestos, el pelo desordenado, su andar con la cabeza inclinada hacia el suelo por esa manía de buscar caracolas en la orilla. La deseaba y cada minuto miraba su reloj y oteaba el horizonte desde la ventana. Debía ser paciente. Sabía que podía

Sandra en el arcoíris

Sandra se aferró al arcoíris. Tenía que agarrarse a cualquier cosa para no rendirse. Recuerda que la llovizna se mezcló con las lágrimas y bajó por su cuerpo como una cascada de alivio.  Le dolían las manos pero no podía soltarse. Sabía que abajo la esperaba el silencio y eso era lo menos que necesitaba

Pétalos sobre las olas

Avanza con paso cansino por el viejo muelle. Las piedras se incrustan en sus pies callosos. Las olas se acercan mansas y los lamen  igual que lo hace su perro cuando él llega a casa y se quita las pesadas botas que usa para la labranza. Ignacio nació en el campo, sin embargo prefiere ir

Barco de papel

La lluvia le indica siempre el camino de vuelta a la calle de su infancia. Y si llueve a cántaros, mejor. Las aguas suben hasta los tobillos, agarra su capa naranja, las botas plásticas y se va a chapotear por el barrio. Su madre no puede saberlo. Dice que se pone mala de la garganta,

Tormentas

A todos los que se marcharon a cualquier punto cardinal. El viento dejó de ser un susurro y arremetió contra las calles, las aceras, los techos y los árboles centenarios del parque donde él solía ir con el abuelo cada domingo.  Unos hablaban de tormenta, otros decían que era el peor huracán que azotaría la