Microrrelatos

Los sueños de las mariposas

Desde lo alto de aquel flamboyán la mariposa pudo comprobar que los hombres eran ambiguos e inconstantes. “Nada se puede hacer”, suspiró resignada. Voló un poco más alto y se regocijó con la suerte de ser una criatura alada. Repasó atentamente cada color y comprobó que tenía polvillo suficiente para seguir subiendo. Y se posó

El superviviente

A Kike, por su valentía y  la bondad en su mirada. Sé que me entretuve persiguiendo aquellas mariposas y no lo vi venir. Estoy acostumbrado a andar solito de un lado para otro y siempre evito las carreteras, pero los colores de las mariposas me encandilaron. Escuché el frenazo, sentí un dolor agudo en el

Policromía

Cuando tuvo uso de razón le dijeron que la vida no era color rosa. Por eso, aunque muchos lo miraron con recelo, derramó sobre aquella cartulina en blanco algunos verdes, varios azules, distintas tonalidades de rojo, violetas, naranjas, amarillos, se acostó sobre la hierba húmeda y fue feliz contemplando el nacimiento de un arcoíris que

Por prescripción facultativa

El psiquiatra le habló de la neurosis y le prescribió las caricias. Nada como  unos dedos experimentados para desterrar la soledad de la piel y los tormentos del alma. Le prohibió los antidepresivos, los tranquilizantes o cualquier otro medicamento que anulara los sentidos e impidiera el disfrute. El psiquiatra le insistió en el uso de

Las verdades y los espejos

Hoy ha decidido no volver a mirarse en el espejo. Se detiene frente a él, justo antes de lavarse la cara, cierra los ojos e imagina que es solo un cuadro vulgar donde se reflejan los rostros de los otros, de esas tontas marionetas que todavía no han descubierto la verdad y sobreviven ajenas al

Cartas a Marina

A mi madre y a otras madres que ya no están. La vio al lado del armario, con su bata blanca, el pelo suelto y esa sonrisa que siempre la hizo tan especial. Cerró los ojos y aspiró con fuerza su olor a Nomeolvides. La brisa nocturna mecía levemente las cortinas del ventanal. “No te

El último recuerdo

Fue a lamerse las heridas en un rincón de la noche. La luna no lo acompañó esta vez. En solitario gimió por la ausencia de las caricias. La noche, indiferente, miró con disimulo hacia otro lado. No hubo preguntas ni respuestas. Solo el guiño cómplice del silencio. Extenuado, se durmió cuando el amanecer comenzó a

Crines en el viento

Solo el viento sabe sus secretos, solo las caricias pueden descubrir la suavidad del pelaje. Los ojos redondos y profundos te dejan el alma al descubierto. Huellas firmes sobre la hierba. Crines que se agitan enloquecidas por la fuerza del vendaval. El eco de otros tiempos llega como un susurro leve y cuenta historias en

Gelasia y los caracoles

A mi abuela Eulalia Se lo susurraron los caracoles. Le dijeron que él me quería. Ella nunca lo había visto, ni siquiera en fotografías. Más de seis mil kilómetros de océano los separaban. Su certeza me dejó boquiabierta. Y luego me contó otras cosas que sucedieron tal y como ella las había vaticinado. Fumaba un