Crónicas

La pesadilla del emigrante

Hoy tenía cita para la ITV (así le llaman por acá a la inspección técnica del vehículo), y fui a mi centro de salud a hacerme una analítica. Sentados frente a mí había dos jóvenes africanos, tal vez eran menores de edad, no lo puedo asegurar; emigrantes sí, a todas luces. Venían con una traductora.

Manchitas

A mi amiga Gabi por su generosidad y a Manchita, por supuesto. “Cuando usted abandona un perro porque “ya no le sirve”, sus hijos aprenden la lección. Quizás hagan lo mismo con usted cuando sea un anciano”. Konrad Lorenz Lo vi mientras conducía. Estaba en la acera, mirando a un lado y a otro. Supuse

Trece caballeros para la Navidad

Hoy  Diego recibirá su primer regalo de Navidad. Tal vez esté pensando que no llegará, o que con catorce años ya no se debe creer en esas cosas, pero seguro que pondrá el zapato en la ventana. Durante la noche un raro personaje llegado desde Islandia le dará una sorpresa. Si a alguien pudiera parecerle demasiado

El arco iris

En algún sitio de allende los mares se quedó prendido a un cielo tropical mi arco iris de la infancia. No quise trasplantarlo al norte porque sus raíces estaban afincadas en los sueños cálidos, de amaneceres apacibles detrás de los cañaverales, de olor a café recién hecho en la cocina de la abuela, en el

Isleña y guajira

Guajira, no guantanamera y sí batabanoense. Batabanó, pueblito sureño, entre la campiña cubana y el mar Caribe; villa ilustre de la antigua provincia La Habana. El pueblo de la bala perdida, como solía decir un amigo mío; donde el diablo dio las tres voces y nadie lo escuchó. Casas de madera, desgastadas por la desidia

Sueños

A veces sueño con el mar y el viejo muelle y los peces con nombres caribeños. Imagino que llueve a cántaros, que las nubes forman un amasijo de pensamientos, de recuerdos que relampaguean en la línea del horizonte y el agua limpiando los tejados envejecidos. Nada de tijeras ni tenedores  porque dice la abuela que

Alberto

El poeta tiene toda la razón: no somos libres más que por amor, libres y eternos más que por amor. Él nos puso alas con su voz y sus versos, y nos devolvió el encanto de aquellas melodías que se escuchaban en la radio mientras nos enamorábamos por primera vez. Los años han dejado huellas

Un náufrago de la distancia

Al poeta Manuel Díaz Martínez, gran amigo y maestro. Vengo de una isla del Caribe donde hay poemas y poetas prohibidos. Canciones, gestos, pensamientos y puntos cardinales prohibidos. Libros que se deben forrar con papel de periódico oficial porque están en la lista oscura de lo vetado. Y, entre tanto desatino, me arrebataron, cuando era

Mujer entre islas

Dijo mi enorme Martí: “Yo vengo de todas partes y hacia todas partes voy”. Me reconozco en  este verso y parafraseo: Yo vengo de muchas islas y en todas ellas he dejado una lágrima y una huella. Cálidas o heladas, pero siempre con el salitre al alcance de la mano. Ahora, entre el mar y